lunes, 14 de diciembre de 2009

Presentación de la Virgen de los Andes

Invito a toda la colectividad a sumarse a esta gran estrategía de recuperación de valores cardinales.




Para muestra basta un botón!!!

Les presento a Ama de los Andes, nuestra Virgen andina.

Fuerza y Honor!!!

lunes, 16 de noviembre de 2009

domingo, 19 de julio de 2009

Meta-Ética 1ª Parte

CAPÍTULO PRIMERO.

LA HISTORIA.

1. La Cultura y el Hombre Antiguo.

La Historia es una línea tiempo conformada escalonadamente por hechos culturales que son determinantes en el devenir de contextos subsecuentes. Su estudio es vital para mensurar y definir los ámbitos axiológicos que determinan al hombre en este tránsito por el tiempo trascendente. Pues bien, no puede haber desarrollo histórico sin hecho cultural, y tampoco puede existir hecho cultural sin el tiempo para su despliegue entelequial.

Si vamos a hablar del tiempo, diremos que en relación con el hecho cultural siempre es actual, presente, y es por eso que hablar de un pasado, sin tomar en cuenta que el hecho cultural solo puede ser analizado desde una perspectiva actual referida a un presente continuo, es rebajar el contexto axiológico que determinó su producción. Entonces la apreciación del mismo se torna CULTURAL, ya no HISTÓRICA. Y esa visión deformada del hito histórico que marco la generación de hechos culturales posteriores en una cadena de causas y efectos, rompe su SENTIDO AXIOLÓGICO; la mutilación meta-física que produce el DALTONISMO GNOSEOLÓGICO, principal problema del hombre y la mujer actuales.

Es por eso que en este tratado debemos definir el contexto que le daremos a la palabra CULTURA, ya que es muy importante para la comprensión de la historia desde una perspectiva crítica y por ende, revisionista.

Establezcamos entonces, que para nosotros la cultura es la aceptación de un convencionalismo de significados generalizado por el colectivo social, en el marco de un horizonte habitual de significación definido por un contexto axiológico y ontológico. La voz de una “mayoría”.

Por eso mismo, la “verdad cultural” es impuesta por las corrientes antropológicas vigentes, que otorgan un VALOR RELATIVO al hecho cultural y por ende moral e histórico.

En este tratado, suprimiremos esa visión mutilada del tiempo trascendente que establece la existencia a-priori de un pasado y una especie de futuro, DESACTUALIZANDO el contexto axiológico que marca la pauta para el despliegue del hecho cultural, y asumiremos una visión COMPRENSIVA, es decir, ACTUAL, o lo más cercana posible de esa actualidad axiológica, de ese presente continuo.

Ahora comprendemos mejor porque el hombre y la mujer actuales padecen de ese daltonismo gnoseológico. Tienen una CONFUSIÓN SEMIÓTICA EN SU PERCEPCIÓN DEL TIEMPO, por eso viven proyectados al futuro convencidos de la existencia de un pasado, y sin posibilidad alguna de percibir el presente y la actualidad que es fundamento del hecho cultural y del hecho moral.

El hombre antiguo tenía otra percepción del tiempo, y de los entes desplegados en el hecho cultural. No proyectaba, ACTUABA, y es por eso que en nuestra actualidad espacio-temporal ya no hay cabida para conquistadores, guerreros, héroes, semidioses, dioses, ángeles y demonios, ideas arquetípicas que solo fluyen como contenidos arcaicos en el inconsciente colectivo.

El hombre antiguo no era cultural, mas bien, era el fundamento de la historia, la historia misma. Alrededor de él giraba el universo entero, y esta reminiscencia la podemos percibir hoy en día cuando la historia oficial nos dice que el hombre antiguo concebía una COSMOGONIA ANTROPOCÉNTRICA; para luego desvirtuar la verdadera significación de esta afirmación al decir que según la ciencia positivista eso es un “error”, otorgando este centro a un sol central galáctico que muy posiblemente sea un colosal agujero negro. Que lejos estamos del verdadero SENTIDO META-FÍSICO que los antiguos le daban a su CENTRALIDAD ESCENCIAL.

Por eso el hombre antiguo aspiraba a la divinidad. Y es mas, Aquiles, Herácles, Teseo, Ariadna, Jasón, los linajes de Reyes Dorios, los Césares de la Roma Imperial, Gilgamesh, Enoc, los Espartanos, los Arios, el Inca y su Casta, se consideraban dioses o descendientes de dioses.

Hasta la mismísima Biblia nos habla de un tiempo donde existían gigantes llamados Nephilim, y de sus descendientes, los “héroes de la antigüedad”; Un tiempo cuando los Dioses caminaban sobre la tierra y enseñaban a los hombres las artes, la construcción de ciudades amuralladas y el DOMINIO DEL ALMA.

Por ejemplo en Esparta se enseñaba desde la niñez el dominio absoluto del animismo, es decir, de lo que en términos modernos podríamos denominar los ámbitos psicológicos. En la Hélade, hasta tenían un código semiótico, que para nosotros no es más que mitología indescifrable, para identificar los complejos psicológicos y neutralizarlos. La Diosa Venus o Palas Atenea era la esfera inconsciente, cuyo dominio era vital para alcanzar el rango de ARIETE en la antigua Grecia. Edipo era la esfera racional o afectiva cuyo dominio otorgaba lucidez mental y evitaba la locura. Teseo era él Yo consciente en busca del centro del laberinto, el Inconsciente, para dar muerte al Minotauro y ganar la inmortalidad. Y en todo el mundo antiguo, el mismo código semiótico: la MITOLOGÍA, que exaltaba la imagen arquetípica del héroe. Gilgamesh en busca de la inmortalidad; Wotan en busca del secreto de la muerte soportando la crucifixión en el árbol Yggdrasil, Orfeo ingresando al Hades para buscar a su amada.

Toda esta mitología inmensurablemente rica en símbolos polisémicos, ha sido gradualmente desechada, botada a la basura por el racionalismo positivista de occidente, que no ve más allá de la materia y la experimentación científica con ella. Cero meta-física, cero abstracción analógica para comprender las energías sutiles que animan esa entidad que ellos llaman materia, y que para los antiguos no era mas que MAYA, la ilusión cambiante desde lo sensible.

En cuanto a la cultura, el concepto enciclopédico nos dice que la palabra proviene del término en latín “cultüra”, sinónimo de CULTIVAR: “sabiduría resultante de haber cultivado los conocimientos humanos”;[1] Y en el origen mismo, tenemos a Caín el agricultor, es decir, el que CULTIVA.

En este sentido los antiguos cultivaban otro tipo de cognición, con otros códigos semióticos, cuyo rastro significativo ya no es abarcante para el hombre y la mujer modernos atiborrados en sus esferas psicológicas con los dogmas del racionalismo puro.

Pero desde la perspectiva de la cultura como el conjunto de estructuras sistémicas complejas sostenidas por el colectivo, el mundo antiguo era mucho más simple, es decir, menos “cultural” que el nuestro, y aunque sostenían las bases de nuestra actual civilización: concepto de Estado, entes colectivos, economía y organización social; no disponían de la cantidad de objetos culturales que hacen a la sociedad actual y son indispensables para la vida moderna; es decir, no eran sociedades mecanicistas. EL TRABAJO MANUAL ERA FUNDAMENTO.

La cultura, en un ámbito de significación aceptada y generalizada a través de convencionalismos lingüísticos, era mucha más ORIGINAL en su semiosis, y la poca cantidad de objetos culturales era norma de vida, pues su concepto de CIUDADES AMURALLADAS restringía el comercio con otros pueblos del pacto cultural a quienes veían como enemigos.

Llamamos pacto cultural a la forma de vida que acepta el sojuzgamiento determinado por el tiempo y la historia. La actividad primordial de estos pueblos es el comercio de objetos culturales.

Los hombres y mujeres antiguos que no pertenecían a pueblos del pacto cultural, no vivían de acuerdo a pautas comerciales. Ellos estaban en GUERRA constante, contra sí mismos y contra el mundo y el concepto de CERCO o muralla era vital para su estrategia de vida. Imponían su FUERZA VOLITIVA y transformaban su entorno. Jamás aceptaron el determinismo fatalista del destino, ellos se consideraban inmortales, y OPONIÁN SU VOLUNTAD AL DESTINO.

Los pueblos del pacto cultural vivían una FORMA DE VIDA, los pueblos del pacto de sangre, una ESTRATEGÍA DE VIDA a todo nivel: político, social, económico e individual.

Los pueblos del Pacto de Sangre RECORDABAN SU DIVINIDAD, el origen de lo abstracto-diferencial (su voluntad), y la usaban contra el destino incluyente de este mundo.

Los pueblos del pacto cultural aceptaban su humanidad, su escencia común y gregaria, por ende la preeminencia de la comunidad y los objetos culturales.

Todo este análisis nos sirve como pauta referencial para comprender un hecho: nosotros llevamos en nuestros contenidos mnémicos esta dualidad esencial, el pacto de sangre y el pacto cultural, y ambos definen nuestra forma de encarar la apercepción de los símbolos que emergen desde el inconsciente colectivo y personal hacia nuestro sujeto consiente.

Este análisis sobre la cultura y el hombre antiguo nos permite acercarnos al ORIGEN del conflicto existencial que padecemos, y cuyas características serán tratadas cuando analicemos algunas pautas gnoseológicas vitales sobre la cultura y su relación con el hombre moderno.

Por eso diremos que el hombre antiguo (el del Pacto de Sangre), consecuente con su herencia ancestral, su legado de sangre y simbólico, ASPIRABA A LA INMORTALIDAD y por eso mismo, a trascender todo rango de su psicología humana para ser digno de alcanzarla. Dios no es sinónimia de inmortal, y si bien ambos no mueren, la inmortalidad no implica dominio o sumisión, que es atributo de la soberbia divina.

Aquí tenemos un antecedente histórico válido para lo que en este tratado llamaremos META-ÉTICA, una ACTITUD, un desafío contra las fuerzas de la naturaleza dominantes desde el origen filogenético del Ser Humano, trascendiendo todo límite moral y meramente psicológico.

También observaremos, y esto es muy importante, que el hombre de la antigüedad sostenía una significación absolutamente consecuente para con el PRINCIPIO FEMENINO, por consiguiente, hacia lo femenino simbólico de su psique. Un matriarcado avalado en la heráldica natural de la línea materna, un matriarcado simbólico en la más alta esfera de la vida social: la familia. Tal vez por ello eran meta-éticos y se sumergían sin miramientos en los rincones más profundos del inconsciente en busca de ese VALOR.

Por eso los pueblos leales al pacto de sangre fundaron IMPERIOS, y los pueblos acólitos del pacto cultural, CULTURAS. Otra de las consecuencias de este dualismo socio-político de los pueblos antiguos fue la pugna entre las castas guerreras, propias del pacto de sangre, y las castas sacerdotales, propias del pacto cultural, por la supremacía del poder y el derecho legítimo de dirigir a las colectividades humanas. Diremos que esta disputa dura hasta nuestros días y tiene múltiples referentes históricos.

Todo este drama esta encuadrado dentro de los 6000 años que abarca la historia oficial, pero no olvidemos que hay vestigios antidiluvianos que nos retrotraen hasta 15 o 20.000 años de antigüedad, y los restos arqueológicos de Tiwanacu y Sumer son testigos silentes de un pasado remotísimo que tenemos el deber de recuperar.
[1] Enciclopedia Sopena.


martes, 30 de junio de 2009

Meta-Ética Introducción

INTRODUCCIÓN.

Debemos comenzar afirmando algo evidente: EL MUNDO ATRAVIESA POR UNA CRISIS DE VALORES. Salvo algunos socialismos meta-éticos sustentados en viejos códigos ancestrales fundados alrededor del honor y el respeto colectivo e individual, hecho relevante que se da en los países nórdicos preponderantemente. El resto de las Naciones, además de encarar la terrible recesión de sus economías; deben lidiar con el paradigma de la CORRUPCIÓN en todos los ámbitos.

La corrupción y la ineficacia de la ética y los códigos morales generalizados ya por el fenómeno de la GLOBALIZACIÓN plantean un serio desafío a las estrategias psicosociales que se barajan para paliar este mal endémico de las sociedades.

Hay muchos actores que son responsables de esta situación: el “sistema” y sus paradigmas globalizantes, las corrientes antropológicas que los aglutinan, las organizaciones multilaterales que siguen las tendencias políticas que emanan del ente sistémico, pero sobre todo, los Estados Nacionales y su ineficiente forma de encarar políticas pedagógicas encaminadas a neutralizar la creciente perdida de valores que sostienen las corrupciones morales.

Especial protagonista es el propio individuo, que por la crisis social, en nuestro caso tan compleja en sus causas y orígenes, debe afrontar esta problemática en completa DESORIENTACIÓN ONTOLÓGICA Y AXIOLÓGICA.

HAY UN VACÍO EN LA MALLA CURRICULAR TANTO EN EL ÁMBITO DE LA EDUCACIÓN SECUNDARIA, COMO EN LA EDUCACIÓN SUPERIOR CON RESPECTO A LOS CONTEXTOS ONTOLÓGICOS Y AXIOLÓGICOS, y esto es así, porque para tratar estas temáticas debe abarcarse necesariamente los ÁMBITOS PSICOLÓGICOS.

La educación en nuestro país esta fragmentada, pues no es integral. No solo han sido obviados los ámbitos psicológicos, los ámbitos meta-cognitivos como la INTUICIÓN y las inteligencias múltiples, la semiología en el uso del lenguaje, la facultad COMPRENSIVA Y REFLEXIVA, contextos meta-físicos que hacen al plexo del Ser Humano, y que deben ser abarcados para que exista la posibilidad real de comprender una DEONTOLOGÍA.

Esa es la justificación de este proyecto psicopedagógico: LLENAR ESE VACÍO aportando al hombre y la mujer una alternativa de contenidos que bien podría llenar sus expectativas pedagógicas, pero lo que es más importante aún, EXISTENCIALES, quizás, inyectando una dosis MOTIVACIONAL extra, las pautas necesarias para ORIENTARLOS axiológica y ontológicamente, situación que podría derivar en una mejora cualitativa de su rendimiento académico, y por ende, mayores posibilidades para el desenvolvimiento en la vida profesional de cara a una RESTAURACIÓN NACIONAL, meta que debemos imponernos en el mundo no solo académico, mas bien, colectivo, si de verdad queremos encontrar una salida a la crisis etico-moral que nos aqueja.

Soy un convencido ahora, de que lo que intuimos como el fin del mundo, solo se puede referir en términos realistas, a un FIN DE LA HISTORIA. Pero; la Historia... ¿puede acabarse?

Respuesta: Si; puede acabarse, al menos como la conocemos, ya que al ser una entidad que se desplaza en el tiempo, habrá cumplido su propósito.

Solo debemos dar un vistazo general a nuestra “historia” para caer en cuenta de un hecho: NUESTRO FRACASO COMO HUMANIDAD EN EL LOGRO DE LA FELICIDAD Y LA DEFINITIVA ERRADICACIÓN DEL HAMBRE Y LA POBREZA. Fracaso total de las estructuras que a través de los hechos culturales, los hitos históricos, los grandes “saltos evolutivos”, nos condujeron a este SIN SENTIDO, a este mundo globalizado de bussinesmans y “barbyes” primer mundistas en medio de la desolación planetaria propiciada por un sistema basado en la usura y la especulación bursátil, los créditos a largo plazo, los estándares de vida burgueses; todo, para cubrir la pobreza de espíritu y los estragos de una entropía física y moral cuya fuente es una educación mediocre, sesgada, producto de una deficiente función tutelar, tanto en el hogar, como la que se imparte en colegios y universidades.

La “historia” oficial culpable de esta DISTORSIÓN EDUCATIVA, mal interpretada, gnoseologicamente incomprendida, difusa, llena de preeminencias culturales para avalar visiones deformadas, corrientes antropológicas que convienen a grupos de poder, que convergen en ciertos paradigmas dirigidos a controlar grandes grupos humanos, debe terminar, y nosotros, hombres y mujeres debemos despertar del mal sueño de un mundo que no trae felicidad y bienestar a la humanidad. Debemos tener la honestidad de reconocer estos hechos, y abrir un nuevo milenio, anunciado ya, de liberación y felicidad.

Hace más de un siglo que nacieron dos gigantes de la Psicología, Freud y Jüng, y la humanidad sigue padeciendo a causa del desconocimiento de su propio psiquismo. Hace más de medio siglo que irrumpe el revisionismo histórico, y los seres humanos siguen sin saber que los templarios y los “Goldsmith” crearon las estructuras comerciales y bancarias globales que nos están llevando a la esclavitud bajo su dominio.

Se estudia pomposas maestrías y doctorados en educación superior, en las que se ignora la manipulación que ejercen con total impunidad, gigantescas corporaciones internacionales, comerciales y mediáticas con el fin de promover el DESEO y el apetito de objetos superfluos e inútiles para el desarrollo integral de un verdadero Estado Nacional.

El resultado, una sociedad que desconoce su pasado y su proyección como nación al futuro, los principios que sostienen los resortes económicos como la emisión de dinero en manos de viejas dinastías endógamas de banqueros internacionales, apátridas, que han acaparado el control del sistema financiero mundial, y a través de la especulación bursátil provocan inflaciones y deflaciones que empobrecen a las naciones convirtiéndolas en cómplices ignorantes de esta injusticia “legalizada”.

Nosotros contamos con la FUERZA DEL TRABAJO para dejar de ser dependientes, pero no sospechamos siquiera la magnitud de este potencial. Tan solo vivimos ilusionados con la idea de recoger migajas de nuestras riquezas naturales como todo país tercer mundista, INMENSAMENTE RICO EN RECURSOS NATURALES, INMENSAMENTE POBRE EN ESPÍRITU, ES DECIR, POBRE EN RECURSOS HUMANOS.

¿Dónde nace la corrupción que aqueja a todos sin excepción?

En el desconocimiento de nosotros mismos, en la total ignorancia del ontos y las energías psíquicas que animan el cuerpo físico, que determinan nuestro destino sin ningún control por nuestra parte, descarriadas al capricho de su naturaleza evolutiva, finalista, entelequialista, absolutamente fatalista. Así, victimas de nuestro propio sujeto consiente, cercenados, castrados de nuestro inconsciente, pero determinados por los arquetipos que lo conforman, vagamos desde hacen más de 6000 años por este planeta en busca de una felicidad inalcanzable y un futuro mejor que nunca llega.

Este es el gran problema que aqueja al hombre moderno: el desconocimiento casi absoluto de su esfera subconsiente; la represión de sus contenidos que deriva en disfunciones patológicas irreversibles sin tratamiento especializado y oportuno.

Solo hay una forma de salir de esta espiral: TRASCENDER LOS ÁMBITOS PSICOLÓGICOS. Pero para lograrlo debemos comprender en su real dimensión este mundo metafísico que es nuestra psique.

Por tanto hay que utilizar otro código semiótico, que afortunadamente ya existe y no hay que crearlo de la nada, sólo complementarlo, es el lenguaje científico de LA PSICOLOGÍA ANALÍTICA; y el complemento viene de la mano de dos ciencias: el revisionismo crítico y la semiología.

Por eso debemos re-visionar la visión histórica que deformó nuestra visión individual y nacional; y dotados de una nueva estructura cultural, destruir las contradictorias estructuras de esta ciencia muerta: la historia oficial.

En este contexto el fin de la Historia será un hecho, y solo los individuos meta-cognitivos, meta-éticos, asumirán un nuevo mundo, sin dogmatismos, sin confusión gnoseológica y sin temor.

Esta REVOLUCIÓN PEDAGÓGICA puede abarcarse en un currículo para la formación integral del individuo, que nos sirva para llenar el vacío de la malla curricular atiborrada de contenidos desvinculados de referente axiológico, y por tanto inservibles para lo cognitivo, si es que no se cuenta con el ámbito del sí mismo, como centro referencial que aglutina y selecciona la información de acuerdo a valores cardinales de significación original; no cultural.

Es por eso que realizar un estudio de los ámbitos psicológicos es, más propiamente hablando, realizar una aproximación al contexto axiológico original. De igual manera, como el lenguaje es nuestra herramienta para expresar el conocimiento, sin aprehender códigos semióticos originales conducentes a otros contextos mas allá del horizonte cultural medio de significación, jamás podremos obtener las claves para solucionar los problemas que después de 6000 años, siguen siendo azotes para el hombre corriente de hoy, tecnócrata y mecanizado.

¿Qué es el alma?, ¿Qué es el espíritu?, ¿Qué es el ser?; ¿Qué es la mente? , ¿Qué es el sentido?

Los meta-conceptos base de nuestra materia, siempre han estado presentes, desde los orígenes mismos de la actual humanidad, y Beroso, Sócrates, Aristóteles, Herodoto, Homero, Nietzche, Shopenhauer, Garcilazo de la Vega, Arturo Posnasky, deben volver a nuestro horizonte de significación.

Si logramos la comprensión de nuestros ámbitos psicológicos el siguiente paso es la comprensión del colectivo a través de la psicología social. La aproximación a los contextos axiológicos nos permitirá dar un salto analógico decisivo en pos de una nueva forma de visionar los personajes colectivos: la Nación, el Estado, los Movimientos Sociales, la Familia, el ente globalizado, la comunidad y el individuo mismo como sostén de las estructuras sistémicas.

Y en este contexto re-visionar la concepción de una Deontología General que promueve las corrientes actitudinales de las deontologías especiales que hacen al campo de las actividades profesionales, nos servirá para establecer una correcta y profunda comprensión de la TELEOLOGÍA FINALISTA que ha conducido a esta humanidad hacia el abismo ontológico y axiológico, fuente de la corrupción moral y espiritual.

La mentira campea hoy sin escollos, libre, tolerada; y no deja de ser irónico que usemos la mentira para expresar verdades. Esa es la paradoja que se esconde detrás de un estudio de esta naturaleza, ya que cuando los ámbitos psicológicos sean comprendidos, tendremos que desecharlos, pues el objetivo se habrá alcanzado, UNA VISIÓN ORIGINAL DEL DEBER SER; la meta-ética estará al alcance de la sangre ancestral que bulle desde nuestro inconsciente reprimido desde hace milenios por una cultura colectivista ajena a nuestro LEGADO original.

Este trabajo está dedicado a la JUVENTUD, acervo de los líderes verdaderos que nos conducirán hacia ese momento grandioso de cambio: EL FIN DE LA HISTORIA, y nos inspirarán guiándonos por un nuevo milenio marcado con el SIGNO DE LA LIBERACIÓN.

viernes, 29 de mayo de 2009

El Sistema Satánico de Jehova

Para seguir confirmando que es la mano del judio internacional metida en todo esto; Jerarquias endógamas de banqueros internacionales que dirigen un sistema satánico.

Pero pronto tendrán que rendir cuentas.

Estamos trabajando!!!


miércoles, 6 de mayo de 2009

¿Holocausto?


Recuerden... La V-irgen todavía esta en el V-aticano... Debemos enarbolar la V-erdad... El "Holocausto de Judios" es una gran mentira!!!

V-i-V-a la V-iregn... Hacia el Infinito y más allá!!!

jueves, 9 de abril de 2009

Licurgo...La Educación en Esparta


Licurgo.

Quien desde la costa remonta el Peloponeso hacia el norte, halla en un punto determinado el valle de Lacedemonia, o Laconia, engarzado entre montañas tan impenetrables que su capital, Esparta, jamás tuvo necesidad de construir murallas para defenderse. Domina a todos los demás el pico nevado del Taigeto, de donde se precipita, hervoroso, el torrente Eurotas.

Esparta quiere decir “la esparcida”, y hoy tendrá más o menos 5.000 habitantes. Fue llamada así porque fue el resultado de la fusión de cinco poblados que entre todos contarían unos cincuenta mil habitantes. Esta fusión no fue espontánea. La impusieron a la fuerza los conquistadores dorios, cuando bajaron del norte en seguimiento de sus reyes heraclidas. Estos dominaban desde las montañas circundantes el Peloponeso, e iniciaron su conquista atacando Mesene. Pausanias cuenta que el rey de la ciudad Aristodemo, corrió a Delfos para consultar el oráculo sobre la manera de salir de aquel apuro. Apolo le sugirió que sacrificará su hija a los dioses. Aristodemo, que seguramente tenia en sus venas un poco de sangre napolitana, dijo que si, pero en el último momento, a escondidas, puso en lugar de su hija a otra muchacha, esperando que los dioses no lo notarían. Luego fue a la guerra y quedó derrotado. Cincuenta años después, su sucesor Aristómenes se reveló contra el yugo. Perdió vida y trono y sus súbditos la libertaron. Estos fueron equiparados a los indígenas de Esparta, que se llamaban “ilotas”, y que a su vez estaban equiparados a sus esclavos, los cuales debían entregar gratis, a los ciudadanos la mitad de sus rentas y cosechas. Sobre esa masa de desheredados, que entre la ciudad y el campo sumaban cerca de trescientas mil almas, incluyeron los “periecos”, que eran los ciudadanos libres pero privados de derechos políticos, sobrenadaba la minoría guerrera de los treinta mil conquistadores dorios, únicos que gozaban de los derechos de ciudadanía y que ejercitaban los políticos. Era natural que estos hicieran por manera de cortar el paso a las ideas progresistas de justicia social para no perder sus privilegios patronales. Las montañas que circundaban el valle les ayudaron, al dificultar los contactos con las otras ciudades, y especialmente donde la democracia triunfaba. Licurgo añadió a aquellas ideas un conjunto de leyes que petrificaban la sociedad en sus dos estratos de siervos y amos.

No se sabe si Licurgo ha existido efectivamente jamás. Los que lo creen, conforme a los testimonios de los antiguos historiadores griegos, dudan respecto a las fechas. Algunos creen que vivió novecientos años antes de J.C.; otros ochocientos; otros setecientos, que es lo más probable. No era un rey. Era tío y tutor del joven soberano Cárialo. Dícese que fue a buscar el modelo de su famosa constitución a Creta, y que para hacerla aceptar por sus compatriotas contó, a su regreso, que fue el oráculo de Delfos en persona quien se la sugirió en nombre de los dioses. Esta imponía una disciplina tan severa y sacrificios tan grandes, que no todos se mostraban dispuestos a aceptarla. Un joven de la aristocracia, Alcandro, enfureciose hasta tal punto al discutirla, que le tiró una piedra a Licurgo y le dio en un ojo. Plutarco cuenta que, por sustraer el culpable al furor de los circunstantes, Licurgo se lo hizo entregar y que por todo castigo se le llevó a cenar consigo. Y entonces, entre plato y plato, mientras se ponía compresas sobre el ojo lastimado, explicó a su agresor como y porqué se proponía dar a Esparta leyes tan furas. Alcandro quedó convenido y admirado por la generosidad de Licurgo, convirtiose en uno de los más celosos propagandistas de sus ideas.

Alguien sostiene que las leyes de Licurgo no fueron escritas jamás. De todos modos, fueron observadas hasta que se volvieron consuetudinarias y formaron las costumbres de aquel pueblo. Su autor reconocía que su esencia era “el desprecio de lo cómodo y lo agradable” y, para hacerlas aprobar, propuso un plazo, obligándose sus conciudadanos a mantenerlas en vigor hasta el día siguiente de su retorno. El día siguiente partió a Delfos, se encerró en el templo y se dejo morir de hambre. Así las leyes no fueron jamás derogadas y se tornaron consuetudinarias.

Según ellas, los reyes debían sentarse por parejas en el trono de modo que uno pudiese vigilar al otro, y que la rivalidad entre ambos la aprovechase el senado para erigirse en árbitro de la situación. El senado se componía de veintiocho miembros, todos de más de sesenta años. Cuando el uno moría (y, dada la edad, debía de suceder a menudo), los candidatos a la sucesión desfilaban en fila india por la sala. El que recibía más aplausos quedaba elegido, así como en las discusiones ganaba la proposición el que sabía gritar con voz más potente.

Debajo del senado estaba la Asamblea, una especie de cámara de diputados, abierta a todos los ciudadanos de treinta años para arriba. Esta nombraba previa aprobación del senado, a los cinco éforos o ministros, para la aplicación de las leyes. En esta división de poderes, Esparta no difería sustancialmente de los otros estados de la antigüedad. Pero lo que le dio aquel carácter que, de entonces acá se ha llamado “espartano”, fueron la regla acética y los criterios de disciplina militar que, por voluntad de Licurgo, imprimieron la vida y sobre todo la educación de los jóvenes.

Esparta no tenía un ejercito; lo era. Además, sus habitantes tan solo eran súbditos y no tenían derecho a ejercer la industria ni el comercio por que debían reservarse solo para la política y la guerra, no conocieron nunca el oro ni la plata porque estaba prohibido importarlos, y hasta sus monedas fueron solamente de hierro. Una comisión gubernamental examinaba a los recién nacidos y mandaba arrojar a los cortos de talla desde un pico del Taigeto, haciendo dormir a los demás al raso, aún en invierno, de modo que sólo los más robustos sobreviviesen. Se tenia libertad de elegir mujer. Pero quién se casaba con una poco apta para la reproducción, pagaba una multa, como le sucedió incluso a un Rey, Arquidamo. El marido estaba obligado a tolerar la infidelidad si la adúltera la cometía con un hombre más alto y fuerte que él: Licurgo había dicho que en estos casos los celos eran ridículos e inmorales.

A los siete años el niño era arrancado a la familia y entraba en el colegio militar, a costa del Estado. En cada clase se nombraba paidónomo – o como dirían los alemanes, Führer – al más valeroso, ósea el que había zurrado más y mejor a sus compañeros, resistido mejor las desolladuras y los latigazos de los instructores, y más brillantemente soportado las noches en el chiquero. A los alumnos se les enseñaba a leer y escribir, pero nada más. La única evasión era el canto. Pero estaba prohibido el individual, admitiéndose tan solo el coro, que consolidaba la disciplina; Los coros son un signo característico de las sociedades militares y guerreras; A coro cantaban los alemanes y los rusos, en tanto que franceses e italianos cantan cada cual por su cuenta. Esparta amaba la música como la amaba la Prusia del siglo pasado. Y dado que la educación que daba a sus jóvenes no permitía desarrollar entre ellos a musicógrafos, los importaba del extranjero, como hacemos nosotros con los futbolistas. El más célebre, Terpandro, fue llevado a Lesbos, y recibió tal nombre, que significa “deleitador de hombres”, porque compuso himnos patrióticos donde nadie podía cantar uno solo.

Hasta los Reyes, que participaban en los cantos, tenían que atenerse a su parte y basta. Y uno de ellos que quiso lanzar un do de pecho fue multado. Después de Terpandro vino Timoteo, que trato de perfeccionar la lira aumentando las cuerdas de siete a once. Los éforos, que no querían novedades en ningún terreno, ni en el musical, se lo prohibieron.

El espartano seguía viviendo militarmente bajo tiendas o en barracas hasta los treinta años, sin conocer camas y otras comodidades caseras. Se lavaba poco, ignoraba la existencia del jabón y de los ungüentos, y tenía que procurarse la comida por sus propios medios, robando, pero sin que lo descubrieran, porque en tal caso era duramente castigado. Si después de veintitrés años de esa vida no había muerto aún, podía volver a su casa y tomar esposa. Las chicas que aguardaban no tenían secretos que esconderles porque estaban obligadas a contender desnudas en las palestras, de modo que todos podían escoger la más florida y sana. El celibato era un delito. Se castigaba obligando a quién caía en él a la desnudez hasta en invierno y al canto de un himno en el que reconocía haber desobedecido la ley.

Hasta los sesenta años se comía a la mesa pública, donde la dieta era rigurosa. Quién engordaba hasta rebasar un límite, era confinado. Todo lujo era considerado como un ultraje a la sociedad. El Rey Cleómenes mando repatriarse a un embajador en Samos porque usaba vajilla de oro. Nadie podía ir al extranjero sin un permiso del gobierno, muy difícil de conseguir. Como todos los Estados totalitarios, de régimen policial, también Esparta tuvo un “telón de acero”. Detrás de este vivían trescientos mil siervos de treinta mil oplitas. Un sibarita que estuvo de visita, exclamo: “Apuesto a que los espartanos son soldados valerosos. Llevando esta vida, ¿qué miedo pueden tener a la muerte?”

Esparta ha tenido y sigue teniendo numerosos ensalzadores, especialmente los filósofos, desde Platón acá, que aspiran al Estado omnipotente y predican el sacrificio del individuo a la colectividad, han sufrido su fascinación. Por virtud los espartanos entendían, en efecto, la total sumisión a las leyes e intereses de la Patria. Cuando iban a la guerra sus mamas les acompañaban cantando un estribillo: “Vuelve con el escudo o encima de él” Porque el escudo era tan pesado que, para huir, había que tirarlo, y en caso de muerte servía de ataúd.

Ciertamente fue una formidable potencia militar que durante siglos hizo temblar de miedo a los vecinos. Toda Grecia puso unos ojos como platos cuando se entero de que el pequeño ejército de Epaminondas la había derrotado. Parecía imposible que hombres que lo habían sacrificado todo a la fuerza, pudieran ser vencidos por la fuerza. Un poco menos imposible, es más, totalmente normal, pareció el hecho de que, perdido el ejército, en Esparta no quedara nada más. La fuerza centrípeta de su sociedad y sus costumbres heroicas la mantuvieron en pie más tiempo que Atenas. Pero las leyes que se habían dado no le permitían ninguna evolución. Hoy, quien vaya a visitarla, no hallará más que un villorrio sin carácter de cinco mil almas, en cuyo pobrísimo museo no hay un resto de estatuas ni un pedazo de columna que atestigüen la existencia de una civilización espartana.

Habría que mandar a visitarla a todos los discípulos de Hitler y de Stalin (es comprensible que Indro Montanelli mezcle chica con limonada, ya que indudablemente, si quería ver publicada su obra, no podía dejar de “censurar” a Hitler y equiparándolo con el paría de Stalin), los cuales fueron a su vez modestos imitadores de Licurgo, verdadero jefe de escuela de los totalitarios y el más respetable de todos, porqué el sacrificio del individuo a la colectividad (nosotros diremos Patria) no tan solo la predicó; la puso en práctica dando el ejemplo.

Tomado de la grandiosa obra de Indro Montanelli: “Historia de los Griegos y Romanos”, cuya lectura recomendamos sin dudarlo siquiera, puesto que esta escrita con Gracia Luciferica.